No se puede decir otra cosa... hoy es un día tristísimo. El periódico El País publica una información que debe de tener consternado a todo el pueblo de Guadarrama. Cuánto siento no poder estar ahí en estos momentos... Por fin se empieza a ver la verdadera cara del excelentísimo señor alcalde prevaricador, don Ignacio Fernández Rubio.
Es un día tristísimo, porque por desgracia, estamos gobernados por alguien que ha actuado a sabiendas de que lo hacía de manera injusta (luego éstos se dan golpes de pecho en las misas). En éso consiste la prevaricación. Y aún encima tiene la caradura de decir que está muy tranquilo. Por fortuna o por buen trabajo, la justicia funciona.
Y no me cansaré de decir que el tiempo pone las cosas en su sitio. Aunque sea después de tres décadas. A cada cerdo le llega su San Martín. Y este cerdo no iba a ser la excepción.